23 de enero de 2008

El Ángel

(Reescritura de El Ángel, Jorge Luis Borges)

Que la joven sea digna del Ángel

cuyo brazo la guarda
desde que la engendró aquel Amor
que mueve el caos y las galaxias
hasta el último día en que retumbe
el trueno, de Él la trompeta.
Que no la arrastre a veleidosos mares
ni a los castillos que erigió la arrogancia
ni a las relaciones insensatas.
Que no se rebaje a la súplica
ni al oprobio del llanto
ni a la fabulosa esperanza
ni a las ¿pequeñas? magias del miedo
ni al simulacro del histrión;
el Uno la mira.
Que no olvide que nunca estará sola.
En el público día o en la sombra
el incesante espero lo atestigua;
que no macule su cristal una lágrima.

Señor, que al cabo de mis días en la Tierra
yo no vuelva a deshonrar al Ángel.

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